A veces podemos pensar que las palabras no tienen poder, o que se las lleva el viento como dice el dicho, pero no es así. Las palabras son muy poderosas. Con ellas podemos construir y también podemos destruir. Y fíjate, que lo que hace tiempo pedíamos a gritos y con desesperación, se nos dió: TIEMPO. Queríamos más tiempo para nuestros hijos, familia, para nosotros mismos; y se nos fue dado. Solo que no como lo imaginábamos, sino un tiempo quietos. Un tiempo con todo y con nada a la vez. Un tiempo que nos hace desconectarnos por completo de lo material. Apartarte de tu empleo, de tu negocio, de ir corriendo detrás del dinero. Solo tiempo con lo que tenemos, en ese momento. Un tiempo contigo.
Ahora mismo nos encontramos en cuarentena, pero no estamos tomando ese "tiempo" porque lo estamos llenando nuevamente de trabajo en casa, de estudios con nuestros hijos, de las cosas que se suponen nos desconectaramos. Por eso nos sentimos así. Más cansados que nunca, con estrés, agobio, desvelo, un humor pésimo de la nada, preocupados... ahora queremos regresar a lo que tanto odiabamos. Al trabajo, al tapón, al jefe que no soportamos, al compañero de trabajo que nos saca de tiempo. No te encuentras feliz en ningún lugar. Es porque no hemos entendido el mensaje, y mientras más tiempo nos cueste entender lo que está ocurriendo, más tiempo tardaremos en este proceso. Imagínate cuán fuerte son nuestros pensamientos de dominio, que cuando nos acostamos o sentamos a descansar, sentimos culpa porque no estamos haciendo nada.
Haz una pausa. ¡Deténte! Comienza a entender lo que quiere tu alma. Conéctate con aquel que está en los cielos y pídele de manera muy personal y en intimidad, que te aclare tu mente. Mientras estemos en estrés, cansados y agobiados, jamás podremos entender lo que tu alma te quiere decir, lo que Dios quiere que hagas.
Probablamente este escrito puede ser confuso para ti y no entenderás lo que quiero decirte. Pero creéme, igualmente me sentía hace varios meses atrás. Amo este proceso de cuarentena. Amo lo que significa el coronavirus en nuestras vidas y en el mundo. De todo esto hay algo tan profundo y hermoso que está levantado a la humanidad y hasta la naturaleza lo sabe y entiende.
Solo cierra los ojos, respira y ten la enorme CERTEZA en el Padre Celestial, que todo estará bien.
Un fuerte abrazo desde el alma...
Mildred Ramírez
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